Texto: Mateo 12:33-37

O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.  Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.
Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Introducción: Hay algo en nuestra vida que determinará si triunfaremos o fracasaremos. Puede ser una dificultad en todo, o una oportunidad en todas las dificultades. Actúa favorablemente en algunos, mientras destruye a otros. Es por lo que nos admiran o por lo que nos odian. ¿Qué es eso? Nuestras actitudes.

Una de las expresiones más odiosas que nos pueden decir: “Tienes un problema de actitud”.

I- ¿Qué es actitud? –  Consideraciones.

Diferenciarlo de aptitud, que consiste en la capacidad o habilidad para hacer algo.
ACTITUD, Es una disposición de ánimo manifestada exteriormente; es un sentimiento interior que es expresado en la conducta. En un alto porcentaje, nuestras expresiones reflejan nuestros sentimientos internos.

¿Cómo reflejamos nuestras actitudes? (Ne 2:1-2; Pr. 15:13):

  • Con nuestro lenguaje corporal (gestos, ademanes).
  • Con la expresión de nuestro rostro (miradas, sonrisas, otros).
  • Con nuestras palabras (tono, volumen, contenido).

Dos advertencias:

  1. No juzguemos con ligereza por lo que vemos u oímos, ya que, a la luz de los que se nos dice en 1 S. 16:7 y Je. 17:9,  nosotros somos incapaces de conocer los sentimientos dentro de alguien por medio de sus expresiones; sin embargo, en la mayoría de los casos, nuestras expresiones exteriores pueden ser como ventanas por donde los demás ven nuestra alma.
  2. Una actitud se puede fingir (pero no por mucho tiempo), Mt. 6:16. Ilustración: Los que se visten de otra personalidad; el “otro yo”.

¿Por qué es importante estudiar acerca de las actitudes?
Porque a la luz de lo que enseña Pablo en 1 Co. 13:1-3, nuestras actitudes son más importantes que nuestras obras y aún que los dones espirituales.

II- ¿Qué efectos producen nuestras actitudes?

Las actitudes tienen la particularidad de que se contagian como los virus. Nuestra realidad interior repercutirá en nuestro entorno, Pr. 15:18. Ilustración: El que “dragonea”; el “puente roto”.
Una actitud correcta propiciará un ambiente especial; una actitud incorrecta, promoverá un  ambiente negativo. Una persona con actitud negativa, perjudica a los que le rodean, incomodándolos y hasta hiriéndolos, Pr. 12:18, He. 12:15. Ilustración: El proceso del casabe. (Hay esperanza).

III- ¿Cómo cambiar nuestras malas actitudes?

Para efectuarse el cambio en nuestras actitudes, deben conjugarse dos acciones: la divina, es decir, la obra del Espíritu Santo, y la humana, lo que nos corresponde a nosotros; en este espacio consideraremos la segunda:

Querer cambiar, cuidado con la “psicoesclerosis” (John C. Maxwell).

Reconocer, Salmos, 32 y 51, Sa. 19:12.

  • Pensamientos negativos.
  • Sentimientos negativos.
  • Conductas negativas.

Limpiar:

  • Confesión. Pr. 28:13; 1 J. 1:9
  • Humillación. 2 Cr. 7:14
  • Renuncia. Lc. 14:33; Ti. 2:12
  • Olvidar excusas.

Restaurar:

  • Pensamientos correctos.
  • Sentimientos correctos.
  • Conductas correctas.
  • Decídase a vivir con ellos.

Comprometer, Ec. 5:1-6

  • Con Dios.
  • Con los demás.
  • Con uno mismo.

Medir, el progreso en el cambio de actitud, con ayuda de alguien.

Batallar, cada día sin bajar la guardia

2Co. 10:4. En la mente está la clave, cambiando la manera de pensar, cambiarán nuestras actitudes: Mt. 15:19; Ro. 12:2; Ef. 4:23; Ti. 3:5; 2 Co. 4:16; He. 9:14. Recuerde la “Ley de la compensación”, Ga. 6:7-9.

IV- ¿Qué resultados produce el cambio de actitud?

Madurez. Pablo Hoff en su libro “El pastor como consejero”, indica las señales de madurez:

  • Autosuficiencia.
  • Autodominio.
  • Aceptación del sufrimiento, con una óptica correcta.
  • Perspectiva de largo alcance.
  • Interés en el bienestar de los demás.
  • Capacidad de adaptación a otros.

Bíblicamente hablando, el resultado es “ser lleno del Espíritu Santo”, Ga. 5:22-23. Es crecimiento espiritual.